Los días 17, 18, 19, 20 y 21 de mayo, diversos centros escolares de Arganda han visitado la Torre de telegrafía Óptica con el objetivo de conocer el pasado de la historia de las telecomunicaciones.
Alumnos y alumnas de los centros Federico García Lorca, León Felipe, San Juan y Colegio Malvar, han visitado durante esta semana la Torre de Telegrafía Óptica de la ciudad, con el objetivo de conocer el pasado de la historia de las telecomunicaciones, un tema muy vinculado a las disciplinas de Historia, Tecnología e Historia de la Ciencia.
La actividad, diseñada en clave de recurso didáctico, ha incluido una visita a las tres plantas de la torre y la recreación de las diferentes estancias donde vivían y trabajaban los torreros, acompañado de una exposición sobre la telegrafía óptica, y una actividad desde el observatorio, con la ayuda de los catalejos. Además, en las inmediaciones de la torre se han instalado dos reproducciones a escala del dispositivo de transmisión de mensajes, donde con la ayuda de los monitores han podido realizar pruebas de transmisión de mensajes y, en función de los resultados de la prueba, optar a un título del Cuerpo de Torreros de Telegrafía Óptica. Los niños y niñas participantes recibieron también un cuaderno didáctico, con un recortable móvil de la torre, y un diploma personalizado del Cuerpo de Telegrafía Óptica.
La Torre de Telegrafía Óptica está ubicada en un paraje cercano al casco urbano, concretamente en el kilómetro 31,500 de la antigua Ctra. N-III. Conocida como la torre del Campillo, la Torre de Arganda del Rey era la número 4 de la línea Madrid¿Valencia. El sistema de telegrafía óptica estuvo operativo durante apenas ocho años, entre 1849 y 1857, quedando desfasado ante el desarrollo e implantación generalizada de la telegrafía eléctrica. Su construcción responde al modelo ideado por el coronel José María Mathé en 1844 . Eran torres de planta cuadrada, con 7 metros de lado en sus parte exterior y una altura de 11 metros. Divididas en tres niveles y rematadas en su parte superior por una cubierta plana sobre la que se situaba la estructura exterior del telégrafo.
La planta baja, que también era utilizada como cocina, presenta unos ventanucos o aspilleras con una función defensiva. En la primera planta, donde vivía el torrero, se encontraba la puerta de acceso a la torre, a una altura de unos 4 metros respecto al suelo, a ella se accedía mediante una escala que era guardada en el interior de la torre. Desde la planta superior denominada observatorio se observaban las torres de vanguardia y retaguardia. En esta estancia se encuentra el mecanismo mediante el que se ponía en funcionamiento el telégrafo situado en la azotea. Las tres plantas se comunican a través de una escalera de caracol.